TAROT EVOLUTIVO







Alejandro Jodorowsky: el tarot tiene 22 arcanos mayores; cada uno de los 22 arcanos del tarot de Marsella está dibujado dentro de un rectángulo compuesto de dos cuadrados: el cuadrado superior puede simbolizar el cielo, la vida espiritual, y el inferior la tierra, la vida material. En el centro de ese rectángulo se inscribe un tercer cuadrado: simboliza al ser humano, sombra y luz, receptivo hacia lo alto, activo hacia la tierra. Esta simbología se encuentra en los mitos chinos y en los egipcios, y también en la mitología mapuche: al comienzo el cielo y la tierra estaban tan apretados que no dejaban sitio entre ellos, hasta la llegada del ser consciente, que liberó al hombre alzando el firmamento.



El tarot evolutivo es una forma de leer las cartas para que la persona se conozca mejor y evolucione enfocando las energías aun camino de felicidad. Cuando hablamos de tarot evolutivo hablamos de una historia conocida, se trata de nuestra propia vida.

A lo largo de la vida, para poder madurar y alcanzar la cima de nuestros propósitos, nos toca vivir experiencias diversas. Sufrir y disfrutar, llorar y reír para aprender y formarnos. Vivencias que son lecciones que escogemos, que propiciamos o aceptamos para ser lo que hoy somos, para cumplir la meta de lo que vinimos a ser y hacer.
Pero también son vivencias para llevarnos a una toma de consciencia de nuestra propia responsabilidad como co-creadores de la vida concreta que llevamos, de asumirnos como hijos amados del Creador, capaces de reflejar una parte de su grandeza y administrar nuestra existencia con consciencia plena de quiénes somos y que podemos superar el dolor, el estancamiento y el conformismo. Asumir el destino como algo inexorable nos detiene, nos limita y nos hunde en la pasividad y el sufrimiento. Asumir el destino como una co-creación nuestra con las fuerzas del universo, nos robustece, nos expande y nos da libertad de elección.
Nadie escapa a la responsabilidad de hacer este recorrido, tortuoso a veces, a veces benigno, radiante u oscuro, pesado o ligero... Camino, en fin, a ser recorrido con o sin nuestra voluntad consciente, ya que ha sido un compromiso interior -profundo y silencioso- que guía nuestros pasos hacia la propia realización. Nos reta, nos invita, nos tienta, nos orienta, nos acoge y nos impele. Unas veces contradictorio o paradójico, coherente, otras deseable o lamentable. Es el camino de ascensión que en oportunidades nos exige retroceder, esperar, retomar o dar un gran salto.
Cuando nos miramos en el espejo del Tarot vemos en qué nivel del camino estamos y qué nos falta por recorrer. Sabremos cuánto hemos avanzado y cuánto nos hemos limitado. Pero especialmente, aprenderemos dónde están nuestras fortaleza y dónde nuestras debilidades. También podremos identificar nuestros recursos para mejorar nuestra vida, superar nuestras propias barreras, fluir mejor con nuestras circunstancias -internas y externas- y alcanzar nuestro progreso, realización, integración y equilibrio personal y relacionarnos mejor con nosotros mismos, con nuestro entorno y los seres que nos rodean.

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